A medida que la crisis de muerte y desaparición continúa en las fronteras del sudoeste, los funcionarios federales reciben cada vez más presión para retirar los cargos contra los trabajadores de ayuda humanitaria que brindan asistencia para salvar las vidas de las personas que cruzan caminando el remoto Desierto de Sonora. En junio, un grupo de abogados de todo el país presentó un escrito en el juicio Estados Unidos v. Scott Warren, respaldando el argumento que sostiene que las acciones por las que se está procesando a Scott constituyen una parte tan profunda e imperecedera de sus convicciones morales que el gobierno está violando su libertad religiosa al presentar cargos.
Scott no es el único con estas convicciones. Todos nosotros desde No Más Muertes seguimos firmemente convencidos de que cuidar a las personas con necesidades es un mandato moral.
La Ley de restauración de la libertad religiosa (Religious Freedoms Restoration Act (RFRA)) protege los derechos de las personas de actuar según sus creencias éticas y espirituales fuertemente arraigadas y de estar libres de procesamiento federal por hacerlo. La ley en sí cuenta con una jurisprudencia fascinante en su historia —desde ser usada para defender el ingreso de los nativos a prácticas ceremoniales tradicionales hasta permitir a los empleadores ignorar el mandato anticonceptivo dentro de la Ley del cuidado de la salud a bajo precio— y esta es la primera vez que se la utiliza dentro de la lucha para obtener justicia para los inmigrantes.
“Teniendo en cuenta que este es el primer caso en el cual se ha presentado un reclamo alegando la RFRA como defensa en un juicio penal federal en el marco de la ley de inmigración, sentimos que era importante brindar orientación al juez sobre la manera de estructurar su consideración de un reclamo por libertad religiosa en este contexto”, expresó la profesora Katherine Franke de la Columbia Law School.
“La relación de la religión con la aplicación de la ley de inmigración es de lo más convincente”, agregó, “teniendo en cuenta que el Procurador General Jeff Sessions ha citado textos bíblicos para justificar las agresivas políticas inmigratorias del gobierno federal”.
En las audiencias previas al juicio para examinar mociones, Scott Warren mismo declaró que, para él, “brindar ayuda humanitaria es un acto sagrado”. También describió cómo quedó espiritualmente devastado cuando encontró restos humanos en el desierto: “El trabajo que hacemos de descubrir, trabajar para investigar y recuperar a las personas que han muerto es una de las cosas más sagradas que podemos hacer como trabajadores de asistencia humanitaria en el sur de Arizona y en el desierto… somos testigos y estamos presentes por las personas y por sus familias, las personas que… han muerto”. Cuando le preguntaron por qué se arriesgó a violar la ley para llevar agua, alimento y ropa a los inmigrantes en el desierto, declaró: “Por mis creencias espirituales, me veo obligado a actuar. Me siento impulsado a actuar. Debo actuar cuando alguien tiene una necesidad”.
Scott no es el único con estas convicciones. Todos nosotros desde No Más Muertes seguimos firmemente convencidos de que cuidar a las personas con necesidades es un mandato moral. Seguiremos oponiéndonos a la criminalización de la migración y la ayuda humanitaria, y luchando por un mundo en el que la paz, la justicia y la dignidad humana se consideren inviolables.