Y continúa. Operación Streamline es la criminalización de los migrantes como un medio para disuadirlos de reingresar a Estados Unidos. Migrantes con grilletes, hasta 75 por día, son procesados en la corte federal en Tucson, Arizona. Algunas veces el proceso dura menos de 30 minutos. Después de reunirse con un abogado contratado por el gobierno, se les presenta al juez en grupos de siete a nueve a la vez. Los migrantes son tratados como criminales y son enviados a una prisión privada contratada por el gobierno con un costo de miles de millones de dólares de los contribuyentes.
He sido testigo de los procedimientos judiciales desde junio de 2015, escuchado historias e interactuado con las familias.
Los observadores están ahora obligados a sentarse en el extremo derecho de la sala del tribunal, donde es más difícil ver y escuchar el procedimiento judicial. Al ser interrogados, los Alguaciles de Estados Unidos no dan ninguna razón. Los migrantes ya no pueden vernos cuando son acompañados desde la corte.
La razón más citada para el reingreso es la reunificación familiar. Otros buscan asilo y deberían ser tratados como refugiados, no como criminales.
Fui parte de un grupo comunitario que recientemente recorrió las instalaciones de la Patrulla Fronteriza del Sector Tucson. Cuando preguntamos varias veces por qué los migrantes que han expresado temor son enviados a Streamline, la respuesta en repetidas ocasiones fue que han cometido algún crimen. Son criminales.
Los senadores McCain y Flake declararon Streamline “un éxito”. Sin embargo, la propia Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional dio a conocer una auditoría en mayo del año 2015, indicando que Streamline no es eficaz en disuadir la migración y señaló que se puede estar violando tratados internacionales con el enjuiciamiento de solicitantes de asilo.
Han ocurrido cambios en la sala del tribunal, pero no necesariamente para una mejora. Hay un nuevo magistrado y algunos nuevos abogados. Y el silencio es palpable. No escuchamos más las declaraciones de los migrantes o sus abogados sobre el temor, solicitudes de asilo, y otras preocupaciones. ¿Por qué? Los observadores están buscando respuestas.
Otro cambio es que los observadores están ahora obligados a sentarse en el extremo derecho de la sala del tribunal, donde es más difícil ver y escuchar el procedimiento judicial. Al ser interrogados, los Alguaciles de Estados Unidos no dan ninguna razón. Los migrantes ya no pueden vernos cuando son acompañados desde la corte.
Los lunes la capacidad es aún de 75 migrantes. Los números se reducen el resto de la semana. Este es un cambio.
Según las estadísticas de la Patrulla Fronteriza, las aprehensiones han disminuido en un 90 por ciento desde 2000. No obstante, un mayor número de los aprehendidos son criminalizados.
Se necesitan observadores en forma regular. Para ser voluntario o solicitar información sobre el horario de las reuniones comuníquese con Leslie por correo. Para más información, el sitio web de Derechos Humanos tiene una sección sobre la ESC.
La organización End Streamline Coalition (ESC) continúa trabajando para acabar con Streamline y la criminalización de los migrantes. En diciembre de 2015 ESC organizó una semana de acción en conmemoración de los 10 años de Streamline. Esto incluyó una marcha por el centro de Tucson, teatro callejero con grandes marionetas del Borderlands Theater, una vigilia de una semana y una mesa de información frente al edificio de la corte federal.
Miembros del clero local organizaron sus propias acciones y hablaron elocuentemente frente al edificio del tribunal.
Miembros de ESC se han reunido con el Juez Raner Collins, el fiscal de los Estados Unidos, John Leonardo, y la Patrulla Fronteriza. Voluntarios, incluyendo miembros de No Más Muertes, continúan observando los procesos en la corte.
Continúa y debe ser detenido.
Texto: Laura Martinez. Traducción: Ramiro Antonio López.