En junio, viajamos al Condado de Brooks en Texas como voluntarias de No Más Muertes. Fuimos para apoyar a Eddie Canales y Ryan Stand del Centro de Derechos Humanos del Sur de Texas (STHRC por sus siglas en inglés) en sus esfuerzos para colocar estaciones de agua en la región. El sur de Texas ha visto un enorme aumento en el número de migrantes indocumentados en los últimos cinco años.
En el sur de Texas, los migrantes se enfrentan al enorme calor y a la humedad, con pocos recursos y poco acceso a rescate, y pueden ser dispersados y heridos por agentes de la Patrulla Fronteriza.
El Condado de Brooks cobró notoriedad en los medios en 2013 cuando los restos de más de doscientos migrantes no identificados fueron exhumados de una fosa común en el cementerio local. Desde entonces, el STHRC ha trabajado con científicos forenses, estudiantes universitarios, y familias para llevar a cabo estudios de ADN e identificar los restos y, en algunos casos, devolverlos a sus seres queridos. Cada día más personas perecen en la travesía del sur de Texas y el número de muertes ha crecido rápidamente hasta competir con el sector de Tucson, en el sur de Arizona.
A medida que la migración de Centroamérica continúa aumentando, más personas están tratando de cruzar a los Estados Unidos por el mortal territorio que rodea el retén de la Patrulla Fronteriza en el Condado de Brooks. Los migrantes se enfrentan al enorme calor y a la humedad, con pocos recursos y poco acceso a rescate, y pueden ser dispersados y heridos por agentes de la Patrulla Fronteriza. Como resultado, las muertes se siguen acumulando en la frontera sur de Texas.
Además de trabajar en la identificación de los restos recuperados, el STHRC ha iniciado la colocación de estaciones de agua para ayudar a migrantes en peligro. El suministro de ayuda humanitaria en el Condado de Brooks está acompañado de algunos retos únicos. A diferencia de las tierras públicas del sur de Arizona, donde No Más Muertes opera, las tierras del sur de Texas son privadas. Muchas son campos de petróleo y gas, tan grandes como 50 mil acres, y son vigilados por personal de seguridad privada. Sin el permiso de los rancheros, es imposible proporcionar agua, alimentos y ayuda médica en los tramos más mortales.
Durante nuestra visita, trabajamos con el STHRC para ampliar la comunicación con los ganaderos y los residentes de la zona. Un administrador de un rancho con el que hablamos había encontrado personalmente los restos de 44 migrantes en la última década. Observamos cómo este nivel de catástrofe humana, a pesar de la amplia presencia de la Patrulla Fronteriza en la zona, ha llevado a muchos en el Condado de Brooks a ver la gran necesidad de ayuda humanitaria no gubernamental. Hablamos con muchos residentes que se sintieron inspirados cuando se enteraron de nuestros esfuerzos de ayuda en el sur de Arizona. En concreto, los residentes del Condado de Brooks fueron motivados por el apoyo que No Más Muertes y People Helping People proporcionan a los residentes fronterizos que dan ayuda en Arivaca y Ajo.
Después de reuniones conjuntas con miembros y grupos de la comunidad, el STHRC logró obtener acceso a varios ranchos de la zona. Desde entonces, más de una docena de nuevas estaciones de agua se han colocado en ranchos privados. Esperamos que a medida que se logra mayor acceso a los ranchos, también aumente la capacidad de responder a la búsqueda y rescate de los migrantes en peligro.
También trabajamos con el STHRC utilizando el GPS para identificar los senderos en el terreno y para ubicar las estaciones de agua basados en el modelo que utilizamos en No Más Muertes. Con un mayor acceso a los ranchos, el STHRC espera desarrollar una mejor comprensión de cómo los migrantes se mueven en la zona y ser capaces de colocar las estaciones de agua de acuerdo a las rutas que estos siguen. Es un momento especial para el aumento de la ayuda en el sur de Texas, especialmente para la colaboración entre los diversos grupos que están brindando ayuda directa en la zona transfronteriza.
Texto: Sophie Smith y Hadley Pope. Traducción: Ramiro Antonio López. Foto destacada: Sophie Smith.