A diario, el ICE saca personas de origen mexicano de las prisiones federales, estatales y locales y las lleva a la frontera. Sus fondos no van con ellas. En la primera mitad de 2017, las personas deportadas a Nogales recuperaron $117 532.04 de sus cuentas en las prisiones a través de nuestro servicio único de “cobro de cheques”. Los voluntarios han desarrollado múltiples métodos de recuperación para usar dependiendo si la persona ha sido deportada con un cheque incobrable en México, una tarjeta de débito o ninguno de estos.
A diferencia de las demás agencias que emiten órdenes de detención a los reclusos y se hacen cargo de su custodia, el ICE se niega aceptar los fondos de los prisioneros, que luego debería devolverles de manera accesible al momento de ser liberados. Una prisión, con el fin de transferir los fondos del prisionero a la agencia que ha emitido la orden de detención, emite un cheque pagadero al prisionero. Pero el ICE, en lugar de usar ese cheque de la manera habitual para transferir los fondos a sus propias cuentas, simplemente lo entrega a la persona y la deporta con él, simulando no saber que el cheque solo puede cobrarse en los Estados Unidos.
El servicio de cobro de cheques en Nogales es un ejemplo de solidaridad material: gente con conciencia que comparte su acceso a los recursos bancarios de los Estados Unidos con personas a las que se ha negado injustamente ese acceso. Y es un ejemplo de compromiso con la ayuda comunitaria para todos los criminalizados, incluidos aquellos con condenas por delitos no relacionados con migración.